martes, 4 de marzo de 2014

Combustion espontanea

La combustión espontánea es el supuesto incendio del cuerpo de una persona sin una fuente de ignición externa fácilmente identificable. La combustión puede provocar simples quemaduras y ampollas en la piel, humos, o una incineración completa del cuerpo. Esta última es la forma más frecuentemente «reconocida» como combustión espontánea. Hay mucha especulación y controversia sobre la combustión espontánea. No es un suceso natural comprobado, pero muchas teorías han intentado explicar su existencia y cómo puede ocurrir. Las dos explicaciones más comúnmente ofrecidas para explicar las aparentes combustiones espontáneas son el fuego con efecto mecha y el provocado por la rara descarga estática, ninguno de los cuales es espontáneo. Aunque puede demostrarse físicamente que el cuerpo humano contiene suficiente energía almacenada en forma de grasa y otros tejidos para consumirse completamente, en circunstancias normales los cuerpos no sostendrán un fuego por sí mismos. 

                                        

                                        


Uno de los principales argumentos utilizados por los defensores de una causa paranormal de la combustión humana espontánea es que el cuerpo humano está compuesto principalmente por agua, por lo que no arde muy bien. Sin embargo, en muchos casos de combustión espontánea, los cuerpos de las víctimas fueron reducidos a cenizas. Para llegar el cuerpo a tal estado se necesitan temperaturas de más de 1.700°C. Incluso en los modernos crematorios, que trabajan con temperaturas de 870-980 °C, los huesos no se consumen completamente y tienen que ser molidos.
El mayor problema que aparece al estudiar las alegaciones de combustión espontánea es la falta de datos. En la mayoría de los casos no se cuenta con datos forenses o investigaciones detalladas y, en muchos casos se carece de información tan básica como el nombre de la víctima o la fecha del suceso. En los casos en los que se cuenta con descripciones detalladas y fiables aparecen una serie de elementos comunes:
  1. El fuego suele estar localizado en el cuerpo de la víctima. Los muebles y electrodomésticos cercanos a la víctima suelen quedar intactos. Los alrededores de la víctima sufren poco o ningún daño.
  2. La zona alrededor de la víctima y, a veces el resto de la habitación, se encuentra cubierta de un hollín grasiento.
  3. El cuerpo de la víctima suele quedar mucho más quemado que en un incendio convencional. Las quemaduras, sin embargo, no se distribuyen uniformemente por todo el cuerpo. El torso suele quedar muy gravemente dañado, a veces reducido a cenizas, pero las extremidades de las víctimas a veces quedan intactas o poco dañadas.
  4. Todos los casos ocurren en el interior de edificios.
  5. Casi siempre las víctimas tienen algún problema de movilidad (invalidez, sobrepeso...) o se encuentran incapacitadas (consumo de alcohol, barbitúricos...).
  6. En todos los escenarios hay alguna posible fuente externa de ignición.
  7. Nunca hay testigos oculares del momento del suceso.
  8. Las víctimas son encontradas un largo tiempo después de ser vistas con vida por última vez (típicamente más de 6 horas).5
  9. Las víctimas, en los casos citados, tienden a ser adultos mayores.
Las explicaciones racionales de estos sucesos se engloban en dos categorías básicas: crímenes y efecto mecha.

   

Ejemplo reciente es el del niño Rahul de 1 año de edad.

Fuente: Wikipedia y Taringa.

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